Hay una larga historia de desacuerdos sobre la definición del dinero, debiendo distinguirse dos aspectos del problema que resultan fundamentales y que da origen a estas polémicas. En primer lugar, hemos de preguntarnos sobre las cualidades que debe tener una cosa para poder llamarse dinero. La respuesta a esta pregunta se ha centrado fundamentalmente en la de ser medio de pago, depósito de valor y unidad de cuenta. En segundo lugar, resulta especialmente relevante para poder medir la cantidad de dinero que existe en circulación y establecer medidas monetarias específicas para que pueda haber un equilibrio entre la oferta y la demanda de dinero.