La historia del feminismo no ha sido lineal: como en cualquier movimiento ha habido cambios a lo largo del tiempo. Las reivindicaciones no son las mismas en todo el mundo porque la situación de la mujer tampoco lo es. Si hablamos desde el mundo desarrollado, hoy en día las mujeres se han puesto en pie de guerra más que nunca por la incesante violencia sexual.
Una gran parte de la sociedad se da cuenta de que las mujeres siguen en una situación de injusticia, de que no hay plena igualdad con los hombres. Pero siempre hay determinados grupos que intentan que este movimiento no llegue a su fin. Por eso es tan importante el papel de la investigación desde todas las disciplinas posibles.
Las mujeres en todo el planeta sufren algún tipo de violencia física o sexual a lo largo de sus vidas. Violación, ablación, acoso, matrimonios forzados o trata de personas no son solo cifras, son una realidad que tenemos que cambiar.
Los derechos no se conservan indefinidamente si no se lucha por mantenerlos. Aunque ha habido avances en algunos países, no es suficiente. Hay que seguir trabajando por lo conseguido, por lo que queda por conseguir y por mirar hacia sociedades en situaciones mucho peores.