Aunque nos parezca imposible, ya hace casi dos siglos que se intentó cambiar el uso de combustibles derivados del carbón o del petróleo. Hoy en día, la investigación en busca de combustibles más sostenibles es una de las líneas más importantes y esperanzadoras en las universidades que trabajan en automoción.
Actualmente se trabaja en eliminar las emisiones contaminantes de los vehículos y en reducir su peso para minimizar el consumo. Por otra parte, también se avanza en la autonomía de los vehículos y en cómo puede afectar a las infraestructuras que ya existen.
Todos estos avances tan prometedores tienen que ir acompañados de normativas capaces de proporcionar seguridad y confianza a los usuarios, que son quienes tendrán la última palabra.