Los medios de comunicación llevan influyendo en nuestra sociedad desde mediados del siglo XIX con la creación de los primeros grandes periódicos y se han adaptado a los cambios con nuevos formatos y nuevas formas de comunicarnos.
Un ejemplo claro de la importancia que tienen en nuestras vidas, y de su capacidad de adaptación, se pudo observar durante los meses de confinamiento que vivimos en el 2020 para protegernos de la COVID-19.
Los usuarios manejamos múltiples dispositivos para informarnos y comunicarnos, pero también para aprender. Las universidades han tenido que adaptarse a marchas forzadas para poder ofrecer educación a distancia de manera masiva.
Las teorías de la comunicación existen desde hace décadas, pero en nuestras universidades siguen investigando las nuevas posibilidades que nos ofrecen los medios y el impacto que generan en la sociedad.
La información ya no es exclusiva de ningún medio. Ahora está en manos de los ciudadanos, de las empresas de comunicación y de los gobiernos asumir el reto de controlar la veracidad de lo que se publica y se consume.