Tradicionalmente las aves han sido consideradas inferiores en inteligencia respecto a los mamíferos. Los estudios del comportamiento de las aves nos permiten entender uno de los grandes misterios de la evolución: la relación entre la inteligencia y el tamaño del cerebro.
Algunos estudios han demostrado que los cuervos elaboran herramientas o resuelven acertijos, y los loros cuentan con un vocabulario muy diverso. Tales capacidades han sorprendido a muchos investigadores, que no las esperaban en las aves a causa del reducido tamaño de su encéfalo y de la carencia de corteza cerebral.