Cuando un grupo humano es golpeado por la guerra, la violencia o la inestabilidad social, o el país en el que vive es frágil debido a la falta de recursos, la falta de acceso a los servicios de salud se convierte en algo generalizado: esto significa que muchas personas no podrán ir al médico cuando lo necesiten, por muy grave que sea su estado.
En este contexto, son muchas las organizaciones que luchan por paliar los efectos de la guerra y visibilizar las violaciones constantes de los derechos humanos.
Una de ellas, y de la que me siento orgulloso de pertenecer desde hace 12 años es Médicos Sin Fronteras. Una organización médica y humanitaria internacional que aporta su ayuda a las víctimas de desastres naturales o humanos y de conflictos armados, sin ninguna discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política.
Carlos, representante de MSF en Andalucía nos va a contar como nace esta organización y cuál es su papel sobre el terreno.